Era la misma, pero una para cada uno.
A quien le faltara aire, a quien le faltara nevera, a quien le faltara teléfono para pedir carne para la polla, a quien le faltara ginebra, chocolate, las pastillas, el humo, el grito, el ansia, el dolor.
El poliedro mutando de caras. Lanzando en torpe procesión, entre cirios, la migajas.
La ansiedad respira lo que a la ansiedad le falta.
Te falta aire: temes la vida.
Te falta luz: estas a oscuras.
Te falta el sexo: temes ternura.
Te falta alcohol: te faltas tú y te das miedo.
El chocolate: el afecto.
El humo: no querer ver.
El grito: te abres de añicos.
El ansia: es el espejo.
El dolor: es un aviso.
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